28 de junio de 2013

longevidad sin secretos

Sin entrar a profundizar sobre la atemporal aspiración del ser humano -dicen que el único animal consciente del hecho de la propia muerte- de conseguir la inmortalidad, por no hablar de la "fuente de la eterna juventud", sí es evidente que cada cual desea una esperanza de vida larga y de calidad. El dicho afirma que "juventud, divino tesoro", pero también es cierto que justo cuando uno ha aprendido, experimentado y obtenido la sabiduría para afrentar el reto de la vida... llama a su puerta la dama de la guadaña.

De un tiempo a esta parte las poblaciones con personas centenarias han ido incrementándose. En algunos lugares del Planeta se registran porcentajes por encima de lo habitual: Okinawa en Japón, algunos lugares de China, Cerdeña, Escandinavia... los motivos a lo que se atribuye el hecho varían: factores genéticos, estilo de vida saludable... la dieta es otro elemento que parece primordial; la dieta vegetariana (especiamente en lo referido a frutas y verduras) que favorecerían la longevidad, el yogur (al que se le atribuye como causa en habitantes de países del Caúcaso y algunas partes de Grecia y Bugaria), la dieta mediterranea, hasta el vino tinto consumido moderadamente... en cualquier caso, cuidando la alimentación con comidas más bien frugales y evitando el exceso calórico.

Convencionalmente se sabe de otros coadyuvantes típicos: practicar ejercicio y actividad mental, mantener un buen estado de ánimo, evitar el estrés; así como el alcohol, los fármacos y las sustancias tóxicas.


Foto de 1927 de Li Ching Yuen, de quien se decía que vivió aproximadamente dos siglos (falleció en 1933, y hay dos versiones sobre su nacimiento: 1677 ó 1736), lo cual parece un fake en toda regla. Fue un herborista chino, paladín de plantas medicinales como el Gotu Kola o el Ginseng. Su receta para la larga vida: Mantén un corazón tranquilo, siéntate como una tortuga, camina rápido como una paloma, y duerme como un perro.

Todo esto viene a cuento porque lo que deberían ser modelos respetables para la sociedad no salen en los programas de la caja tonta ni son los millonarios pateadores de balones, sino que pueden encontrarse en abuelos/as centenarios vitales, sencillos, anónimos aficionados a las matemáticas y la poesía; como por ejemplo en Galicia (país que, por otra parte, también cuenta con muchos centenarios).

Por supuesto, también los hay que no fueron trigo limpio en su mocedad y en la última etapa agudizan su insoportabilidad. La otra cara del fenómeno es la de los planes de las elites, hasta ahora fracasados parcialmente, de reducción poblacional y de freno al aumento de la esperanza de vida, sobre los que este blog prepara un próximo post.