10 de mayo de 2013

de burgueses a saqueadores

Cuando una sociedad pierde el norte, cuando la clase obrera carece de la conciencia de serlo y, ciega, es conducida por una caterva de malnacidos mientras adopta la ilusión burguesa de la "clase media", entregándose a las garras del Capital y el Progreso democrático... acaba pasando lo predecible.

Fragmentos de un artículo donde se explica algo de lo que sucede al quebrar el Sistema, y las repercusiones que se hacen sentir sobre los desfavorecidos. El texto* hace referencia a un par de países, pero el contenido es extrapolable a otros similares:

En el año 2000 llegué a España. No llegaba empujado por la crisis económica, como suelen simplificar algunos biógrafos de ocasión: Me fui porque mis compatriotas no querían ver el desastre y, salvo las esporádicas manifestaciones contra políticas y políticos que luego volvían a votar, no hacían nada para detener el naufragio.

En Argentina el que no lee se siente en la obligación de mentir. Dice que ha leído a Borges, y a Cortázar, porque le da vergüenza mostrarse como lo que es, un ignorante. Y eso es la marca de la generación de mis abuelos, obreros que aprendieron a leer y luchar de la mano de sus camaradas, y fundaron bibliotecas públicas a la par que sindicatos. Aquí, de lo que se jactaban era de las resacas, de las borracheras y sus secuelas. Esto no comenzó con la desmovilización que produjo la "transición modélica", viene de mucho más atrás.

Un año después de llegar yo a España, Argentina tocó fondo y barrios enteros ocuparon, asaltaron, los supermercados mayores para dar de comer a sus hijos. Para los españoles, que conservan ese no se qué que cultivaron cuando eran imperio en las colonias, ese quién sabe qué, que les impedía comer papas –patatas- porque era cosa de indios, o sea de casi animales, saquear un supermercado era inaceptable. Como era inaceptable la crispación en la política, eso era de países poco civilizados. Llamar enemigo al enemigo estaba mal visto, había que llamarlo "señoría".

Pues bien, ahora les digo incluso a aquellos a quienes se lo dije en su momento y que seguramente no lo recuerdan, porque la memoria es selectiva: los saqueos en España están a la vuelta de la esquina. Por más que se empecinen, hasta los Yayo Flautas, cuando sus pensiones se vayan al carajo, saldrán a buscar comida de cualquier manera. Y por razones similares a las que me llevaron a dejar Argentina, ya estoy listo para dejar España. Que cada uno haga lo que tiene que hacer, si no es cierto que el franquismo castró a los españoles para siempre.

* A propósito, disclaimer: evitando el argumento ad hominem sobre el autor, el escritor Raúl Argemí, que éste tenga un pasado oscuro por sus actividades en los '70 en la guerrilla del ERP-22 no es óbice para reconocer el acierto de su análisis aquí reseñado.