26 de junio de 2012

saber invertir (2ª parte)

Ante la incertidumbre general por el Crash monetario del momento, y la voraz avaricia de los gobiernos, esquilmando el bolsillo del ciudadanito de a pie, la cuestión reside en cómo invertir buenamente lo poco que se tenga ahorrado. Sin embargo, primero habrá que recuperar la calderilla depositada en el banco de turno. En esta tesitura, veamos una situación tan verídica que a más de uno le resultará familiar:


Pinchar para ampliar. Remaquetado del original de Marc Torices para el estafador. A continuación, el desenlace final:


Qué casualidad, es el tipo de personaje que también se dedica(ba) a estafar a ancianos semianalfabetos con la participación en bonos bancarios y acciones preferentes.

Bien, una vez se disponga de las migajas de pseudo-riqueza en la mano, ¿ahora, qué?: Oro, plata, terrenito, divisas como el franco suizo o la corona noruega, bitcoins, vino... son muchas las opciones que se barajan y casi ninguna fiable. Pues aquí sugerimos, para aquel inversor que cuente con un gracioso apéndice bajo vientre, que se olvide de las ofertas financieras: Tatúese un euro (o dólar o la moneda que prefiera) en el pene.


Aprovéchese de 5 ventajas: Disfrutará moviendo su dinero. Verá crecer su inversión. Usted decide dónde meter su dinero. Usted decide cómo protegerlo. No le importarán que se le coman los ahorros. Por último, señalar que al meterla por detrás la inversión se va a la mierda.


Sin que venga mucho a cuento, alternativa para las féminas. Ellas también se pueden divertir con un alegre tattoo.